(fuente: quesabesde.com)
Midiendo la luz
La luz que entra en la cámara a través del objetivo llega a una serie de sensores repartidos por todo el encuadre de tal modo que en función de la cantidad de luz que alcance cada uno de ellos y de la importancia que queramos dar a cada zona de la imagen se calculará una determinada exposición mediante la variación de apertura, tiempo y sensibilidad.
Los tres modo de medición
En la práctica totalidad de cámaras digitales (no sólo réflex) vamos a contar con tres modos de medición de la luz: matricial, ponderada al centro y puntual; aunque, por lo general, la primera de ellas suele ser la más empleada por su flexibilidad, enseguida vamos a ver que las otras dos pueden sernos de mucha utilidad en condiciones de iluminación complicadas o para ciertos tipos de imágenes.
Medición Matricial
Según lo comentado antes, en la inmensa mayoría de los casos el modo de medición matricial funcionará correctamente y dará como resultado una exposición correcta y ajustada; sobre todo cuando la iluminación de la escena es más o menos uniforme. Algo que podremos comprobar con el histograma.
Y es que la medición matricial no es más que un promedio de las lecturas de todos los sensores presentes en el encuadre, por lo que en caso de que haya una pequeña zona subexpuesta o sobreexpuesta esto apenas tendrá influencia sobre la exposición de la fotografía.
Sin embargo, en caso de que el resultado no sea el esperado (la fotografía ha quedado más clara o más oscura de lo deseado) podremos ajustarla a nuestro gusto con la compensación de exposición volviendo a realizar el disparo a continuación. En cualquier caso, para situaciones en las que queramos afinar más (o escenas en las que haya zonas con niveles de iluminación muy dispares) es por lo que existen los dos modos que vamos a ver después.
En este caso, como se aprecia en la lectura directa arrojada, durante el testeo, por el programa de revelado (zonas azules y rojas); para haber sido medidas todas las partes de la escena, y ser una imagen muy contrastada, el resultado es bastante aceptable; ya que, tanto en las zonas de sombras máximas como en las de altas luces, la información que tenemos perdida porque quede empastada, saturada o quemada, respectivamente, es muy poca (y la de la vela, casi evidente e inevitable); y el resto de las partes de la escena, correctamente expuesta.
Medición Ponderada Al Centro
El modo ponderado al centro tiene una utilidad fundamental: los retratos. En ese tipo de imágenes lo que buscamos es dar protagonismo a la persona que aparece en el centro de la imagen tratando de que el espectador se olvide de todo lo demás. Por tanto, la medición ponderada al centro lo que hace es dar más importancia a la zona media del encuadre, influyendo menos en el cálculo de la exposición la luz que haya en la parte más externa.
En el ejemplo que acompaña a este apartado podéis ver un caso típico de retrato en el que usar la medición ponderada al centro de tal modo que el rostro de la persona quede correctamente expuesto sin importar demasiado si el fondo queda algo más claro o más oscuro de lo deseado. Al fin y al cabo de lo que se trata es de “aislar” el primer plano del fondo de la imagen.
En este caso, el resultado es muy similar al arrojado por el modo de medición matricial, si bien, la exposición queda algo más compensada, con lo que la escena gana en claridad. Por lo que, para este caso, el modo de medición más acertado sería éste.
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Medición Puntual
La medición puntual tiene en cuenta solamente una pequeña zona de la imagen (en el centro del encuadre o en el punto de enfoque seleccionado) para realizar el cálculo de la exposición. Se suele emplear en fotografías en las que es importante destacar un detalle para que el espectador se centre fundamentalmente en él, de tal modo que los amantes del macro recurren a él con frecuencia.
Se trata de un modo que también se emplea a veces en los retratos; pero normalmente para primerísimos planos en los que lo que ha de quedar correctamente expuesto (y enfocado) son los ojos de la persona a la que estamos fotografiando.
Para este caso concreto, y en las condiciones en las que se ha realizado la medición (medición sobre la vela – blanca -) este hubiera sido el modo menos aconsejable, ya que al realizar la medición sobre un punto con tonalidad blanca, la cámara ha interpretado que la escena podía estar sobreexpuesta, con lo que ha recalculado la medición para compensar lo que ella creía como exceso de exposición, con lo que la toma resultante presenta un cierto grado de subexposición. Como puede apereciarse en la zona coloreada de azul de la captura del programa de revelado. Además de que el conjunto global de la escena queda más subexpuesta que en los ejemplos anteriores con los otros dos modos de medición.
Sin lugar a duda, si para la medición puntual se hubiera elegido un punto con tonalidad negra, en lugar de blanca, el resultado hubiera sido distinto, incluso pudiendo obtener un resultado similar a los anteriores.
Conclusión
Como señalé anteriormente, lo más habitual a la hora de hacer fotografías es emplear el modo de medición matricial, pues los avances de la electrónica presentes en las cámaras actuales hacen que esta calcule casi siempre una exposición correcta.
Sin embargo, para ciertas escenas en las que hay zonas de luces y sombras muy marcadas en el encuadre, a la hora de hacer retratos o si nos enfrentamos a trabajos en macro, los modos de medición ponderada al centro y puntual nos pueden venir muy bien para atinar con la exposición en la primera toma.
(fuente: quesabesde.com)